5 de março de 2009

AINDA OS BLOQUEIOS E APAGÕES...


Com a devida vénia a

''La blogostroica''


Osmar Laffita Rojas

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - En la segunda mitad de la década de los ochenta, con la elección de Mijail Gorbachov como Primer Secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética, se inició un proceso de reformas que se conoció como Perestrioka. Su propósito no era otro que renovar desde arriba la sociedad, y lograr más democracia dentro del socialismo.
Estas reformas estuvieron signadas por la Glasnost o transparencia informativa, que pretendía poner al tanto a los ciudadanos de todo lo que aconteciera a su alrededor, echando por tierra la cortina de hierro que los envolvía. Para la Glasnost, lo principal fue la verdad, porque era la única manera de que el pueblo comprendiera lo que realmente ocurrió, lo que estaba ocurriendo y a que se aspiraba.
Los que decidieron poner en marcha la Perestroika y la Glasnost, tenían como premisa que los ciudadanos conocieran la vida en todas sus contradicciones y complejidades, cuáles eran los logros y qué estaba frenando el desarrollo del país, qué lo estorbaba y desviaba del camino elegido. El pueblo debía tener acceso pleno a la información.
La primera reacción del régimen cubano a este movimiento fue prohibir la circulación del semanario Novedades de Moscú, la revista Sputnik, y levantar un dique a la información que sobre la Perestroika y la Glasnost llegara de cualquier parte del mundo.
Han trascurrido dos décadas, y aquellas reformas dieron al traste con el socialismo. Fue derrumbado el muro de Berlín, y la Unión Soviética se desintegró en un santiamén. Contra toda lógica, Cuba ocupa el primer lugar entre las sociedades más desinformadas del hemisferio occidental, y quizás del mundo.
Es como una especie de contrato social de la desinformación, en que la salud del régimen totalitario está asociada al mayor grado de ignorancia de la población. No es posible encontrar un país occidental en que se haya propagado una pandemia de idiotización masiva de la sociedad como en Cuba.
Es inexplicable que en plena era de la tecnología de la información y las comunicaciones, el régimen aplique una férrea censura a los medios oficiales. A éstos se les impone el lavado de las noticias molestas. Sólo se publica los que conviene. Lo demás va al tanque de la basura.
Es tal el miedo a que las personas estén informadas, que los cubanos con conexión a Internet no sobrepasan el dos por ciento. Es el nivel más bajo del hemisferio occidental. Así y todo, es controlada sin piedad.
Ante esta realidad, cada día cobra más fuerza el movimiento conocido como “periodismo ciudadano”. Su figura más relevante es Yoani Sánchez, creadora del blog Generación Y, que por su trabajo y los millones de visitantes que tiene, fue merecedora de los premios Ortega y Gasset, Bob, concedido por la televisora alemana Deutsche Welle y el Bitácora 2008, entre otros.
Yoani con su esposo, el periodista Reynaldo Escobar, del equipo de la revista digital Desdecuba.com, han desarrollado un meritorio movimiento informativo en que se han involucrado decenas de bloggers que desde de Cuba hacen sus páginas con todas las limitaciones y riesgos posibles.
Tanto para Yoani, como para Reynaldo y el resto de los que forman parte de lo que he querido llamar como la blogostroica, la información verdadera es un requisito sine qua non para el desarrollo del país.
Prohibir el acceso a la información es como dar cucharaditas dirigidas de papillas informativas al pueblo. Es una ofensa a la inteligencia colectiva de la nación.
ramsetgandhi@yahoo.com